Iniesta no es la ruleta; no es la mano de Dios; no es la rabona; no es el sombrero; no es yo me regateo a todo el equipo contrario; no es el libre directo con efecto a cien por hora. Iniesta es la croqueta. Dos defensas, me la paso de una pierna a otra, y me los quito de encima. Sin efectismos. Sencillamente fútbol.
Iniesta no es el líder del equipo. No es el carismático. No es el gran goleador. No es el kaiser del centro del campo. Y, sin embargo, Iniesta es el mejor. Porque tiene algo que no tiene Xavi, ni Messi, ni Cristiano Ronaldo. Iniesta tiene duende. Es especial. Es distinto. Es extraño. Es peculiar. Es magia.
¿Qué le da esa magia? La respuesta la dio él mismo después de la final. Es lo que has soñado desde niño. Y eso es lo que lo diferencia del resto. Iniesta, como Nadal, en la convicción de su soñar, nunca ha dejado de ser niño. Y ayer cumplió lo que sueñan y han soñado millones de niños de todo el mundo: meter el gol de la victoria en la final del mundial.
Iniesta es más que Messi. Porque su labor en el campo, la que le asignan los entrenadores, es la del centrocampista desequilibrante y pasador, que luce, pero no tanto como la de Messi. Y sin embargo, y he aquí el quid de la cuestión, y la diferencia con Messi y con cualquier otro, si en un partido es necesario que Iniesta haga de Messi, pues hace de Messi. Y si tuviera que hacer de Maradona, pues haría de Maradona.
Decía Maradona al despedirse de este mundial que Messi y Rooney se darán cuenta algún día de que, en determinados partidos, si eres un crack, has de echarte el equipo a la espalda. Iniesta ni siquiera se echa el equipo a la espalda. Es más realista. Más práctico. Más fácil. Analiza qué es lo que le falta al equipo y lo carga sobre su responsabilidad.
Por eso ayer Iniesta hizo de Villa. Antes de la segunda parte de la prórroga, a Iniesta se le vio hablando con Villa. ¿Qué le dijo? Cabe pensar que una posible jugada para marcar gol. Pero acto seguido, Del Bosque sustituyó a Villa por Torres. Iniesta no esperó a Torres. Hizo de Villa. Fue el killer de la roja.
Paralelismo: Un hombre a solas con su alma
"Una mujer está sola en el mundo y ella lo sabe. Todos los demás seres han muerto. Llaman a la puerta. ("Una mujer a solas con su alma", Thomas Bailey Aldrich)*
Iniesta no es el líder del equipo. No es el carismático. No es el gran goleador. No es el kaiser del centro del campo. Y, sin embargo, Iniesta es el mejor. Porque tiene algo que no tiene Xavi, ni Messi, ni Cristiano Ronaldo. Iniesta tiene duende. Es especial. Es distinto. Es extraño. Es peculiar. Es magia.
¿Qué le da esa magia? La respuesta la dio él mismo después de la final. Es lo que has soñado desde niño. Y eso es lo que lo diferencia del resto. Iniesta, como Nadal, en la convicción de su soñar, nunca ha dejado de ser niño. Y ayer cumplió lo que sueñan y han soñado millones de niños de todo el mundo: meter el gol de la victoria en la final del mundial.
Iniesta es más que Messi. Porque su labor en el campo, la que le asignan los entrenadores, es la del centrocampista desequilibrante y pasador, que luce, pero no tanto como la de Messi. Y sin embargo, y he aquí el quid de la cuestión, y la diferencia con Messi y con cualquier otro, si en un partido es necesario que Iniesta haga de Messi, pues hace de Messi. Y si tuviera que hacer de Maradona, pues haría de Maradona.
Decía Maradona al despedirse de este mundial que Messi y Rooney se darán cuenta algún día de que, en determinados partidos, si eres un crack, has de echarte el equipo a la espalda. Iniesta ni siquiera se echa el equipo a la espalda. Es más realista. Más práctico. Más fácil. Analiza qué es lo que le falta al equipo y lo carga sobre su responsabilidad.
Por eso ayer Iniesta hizo de Villa. Antes de la segunda parte de la prórroga, a Iniesta se le vio hablando con Villa. ¿Qué le dijo? Cabe pensar que una posible jugada para marcar gol. Pero acto seguido, Del Bosque sustituyó a Villa por Torres. Iniesta no esperó a Torres. Hizo de Villa. Fue el killer de la roja.
Paralelismo: Un hombre a solas con su alma
"Una mujer está sola en el mundo y ella lo sabe. Todos los demás seres han muerto. Llaman a la puerta. ("Una mujer a solas con su alma", Thomas Bailey Aldrich)*
Iniesta es el mejor y él lo sabe. Todos los demás jugadores en el campo quieren marcar gol pero no lo consiguen. Pase de Cesc.
* “A woman is sitting alone in a house. She knows she is alone in the whole world: every other living thing is dead. The doorbell rings.” ("A Woman Alone with Her Soul")
12jul2010
Praise of Andres Iniesta (after the 2010 World Cup Final)
Iniesta is not the 360 spin. Nor the “Hand of God”. Nor the stepover. Nor the “sombrero”. Nor “I dribble every player of the other team”. Nor the 60 miles per hour free-kick with spin. Iniesta is the walk-through (the “croquette”, in Spanish). Two defenders ahead, I pass the ball from one foot to the other, and I get rid of them. Without theatricality. Simply football.
Iniesta is not the leader of any team. He’s not the charismatic player. He’s not the top-scorer. He’s not the kaiser of the centerfield. And yet, he’s the best. Because he has something that Xavi, Messi or Cristiano Ronaldo haven’t. He’s got “duende”. He is special. He's different. He's strange. He's peculiar. He's magical.
Where does this magic come from? He gave the answer right after the World Cup final. “This is what you’ve been dreamin’ of since you were a child”. That’s what makes him different from the rest. In respect of the certainty of his dreams, Iniesta, like Nadal, is still a child. And yesterday he achieved what so many millions of children dream and have dreamt throughout the world: to score the winning goal in the World Cup final.
Iniesta is better than Messi. Because his task in the field, what coaches ask him to do, is to be the centerfield who breaks the balance and makes good passes. This may be dazzling, but not as much as Messi’s task. And yet, and this is the key point, and the difference with Messi and with any other football player, when a match needs Iniesta to play the part of Messi, he does it. And if he would have to play the part of Maradona, he would do it.
After saying goodbye to this World Cup, Maradona said that Messi and Wayne Rooney hadn’t realized that, in some matches, if you are a star, you have to carry the team upon your shoulders. Iniesta doesn’t even carry the team opon his shoulders. He’s more realistic. More practical. He makes it easier. He analyses what his team is lacking and he plays that part.
That’s why yesterday Iniesta played the part of Villa (top scorer of the Spanish team in the World Cup). Before the second half of the extra time, Iniesta was talking to Villa. What did he say to him? We may suppose that he told him possible moves to win the match. But, just before playing what was left of the extra time, the Spanish coach substituted Villa with Torres (another forward who had been recently injured). Iniesta didn’t wait on Torres. He played the part of Villa and was the killer of the Spanish team.
Parallelism: A Man Alone with His Soul
“A woman is sitting alone in a house. She knows she is alone in the whole world: every other living thing is dead. The doorbell rings.” ("A Woman Alone with Her Soul", Thomas Bailey Aldrich)
Iniesta is the best and he knows. Every other player in the field is trying to score, but can’t make it. Pass from Fabregas.
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