Remando en polisíndeton

"Me acuerdo de ti" (Robe Iniesta)



sábado, 16 de octubre de 2010

UNA REALIDAD, TRES APROXIMACIONES. Comentario/ Comment


Para muchos, los breves es la sección del diario donde se hallan las noticias más interesantes. Las que detrás ocultan una verdad que no conviene decir muy alto (salida del dinero de los bancos en camiones en la Argentina del corralito) o que está todavía por descubrir (Caso Watergate).

A partir de un breve, el filósofo Gabriel Albiac comenta en una  columna de opinión una verdad no por conocida menos truculenta pero, además, la personaliza. Le pone nombre y sentimientos.

Lo que remite a un bello y significativo texto de la literatura del siglo XX. El corazón,  uno, desgraciadamente de tantos, que escondía ese breve.

1. BREVE
Anton Malloth /Foto:DPA

El Mundo 3 de enero de 2000
Juicio a un ex vigilante nazi Un ex vigilante nazi deberá responder ante la Justicia alemana por tres presuntos asesinatos cometidos en el campo de concentración de Theresienstadt, en la República Checa, en 1944 y 1945.

Un portavoz de la Fiscalía de Múnich informó ayer de que existen pruebas suficientes para acusar de estas muertes a Anton Malloth, quien ha sido investigado en 756 casos de asesinato, así como complicidad en el asesinato.

Por el momento no se ha determinado la fecha de inicio del proceso judicial contra el nazi, quien hasta su detención vivía en una residencia de ancianos cercana a Múnich.


2. COLUMNA
Robert Desnos
El Mundo 4 ene 2000
ZOOM | GABRIEL ALBIAC

Vieja escoria
La noticia ocupa un mínimo recuadro, página 17, ayer. En días menos pálidos que estos de la glacial resaca navideña, ni hubiera aparecido. Fechada en Berlín: «Un ex vigilante nazi deberá responder ante la justicia alemana por tres presuntos asesinatos cometidos en el campo de concentración de Theresienstadt, en 1944 y 1945... Anton Malloth ha sido investigado en 756 casos de asesinato».

No es noticia. Viejos torturadores de esos años siguen vivos. Plácidos jubilados de país rico. A veces -pocas-, uno de ellos es descubierto, procesado. Todo es trivial (como es trivial el mal) en el caso de Anton Malloth. Todo. Salvo el topónimo bohemio de un campo «para judíos mestizados de ario»: Theresienstadt.

Está en mi biblioteca.

Primavera del 45. Son 18, en la fotografía. Tirados sobre el suelo. No me atrevo a decir hombres. De humano, poco queda en esos 18 esqueletos en uniforme a rayas. Uno de ellos -uno sólo- sonríe; como un príncipe náufrago de su excesiva inteligencia. Apoyado sobre el codo izquierdo, más frágiles que vidrio las duras geometrías de los pómulos, Robert Desnos sonríe. Y esa sonrisa insolente, en labios que son ya los de un cadáver, es misteriosamente idéntica a la que Max Ernst pintara en medio de aquel gran festín estético que era el París surrealista de 1922.

La foto fue tomada el día de la liberación de Theresienstadt. Ni siquiera han podido deshacerse del humillante pijama a rayas, los prisioneros. No sé cuántos de esos 18 esqueletos, más tenues que una tela de araña, se desmigajarían en los días inmediatos. Sólo conozco el nombre del de la sonrisa insolente que Marx Ernst retratara 23 años antes: la mitad de su vida. No lleva las eternas gafas redondas de culo de vaso. Pero yo sé que esas gafas sucumbieron a la primera paliza, nada más llegar al campo de Flöha (antes pasó por Auschwitz), en junio del 44.También él sucumbió casi. Vivió un año más. Alguien hizo esa foto, en mayo del 45, apenas liberada Theresienstadt. Sonríe. Murió tres semanas luego.

Desnos (que dejó una obra amplia y deslumbrante) es, para mí, el autor de un solo poema. Se llama Tanto soñé contigo y es el más bello poema de amor del siglo XX. Para mí y para Antonin Artaud, que sólo ve algo comparable en el Ronsard y el Baudelaire más líricos.
¿Qué edad tiene Anton Malloth, quizá el último vivo de los torturadores de aquel «pirata tierno y loco» cuyo espectro Eluard invoca? Casi 90, supongo. No me apiada. Se puede ser escoria a los 90. La edad en nada cambia nunca nada.




3. POEMA
Robert Desnos, tras ser liberado el campo de concentración de Theresienstadt. Mayo de 1945.

Tanto he soñado contigo
(Último poema del poeta francés Robert Desnos. Estas líneas fueron encontradas con él cuando murió de tifus y hambre en el campo de concentración de Theresienstadt, en junio de 1945)

Tanto he soñado contigo que pierdes tu realidad.
¿Queda tiempo todavía para llegar con este cuerpo vivo
y besar en tu boca el nacimiento
de la voz que amo?

Tanto he soñado contigo que mis brazos, acostumbrados, 
estrechando tu sombra,
a cruzarse sobre mi pecho, no se plegarían ya
alrededor del contorno de tu cuerpo, quizás.
Y, ante la apariencia real de esto que me posee
y me gobierna desde hace días y años,
me convertiría, indudablemente, en una sombra.
Oh, equilibrios sentimentales.

Tanto he soñado contigo que, sin duda, ya no hay tiempo
para que me despierte.
Duermo de pie, con el cuerpo expuesto
a todas las apariencias de la vida.
Y del amor y de ti, la única
que hoy cuenta para mí, puedo menos tocar tu frente
y tus labios que los primeros labios
y la primera frente que llegaron. 

Tanto soñé contigo, tanto he andado, hablado,
y me he acostado con tu fantasma
que quizá ya no me quede
sino convertirme en otro fantasma
entre los fantasmas y cien veces más sombrío
que la sombra que se pasea
y se paseará alegremente
por el reloj de sol de tu vida.

J'ai tant rêvé de toi

J'ai tant rêvé de toi que tu perds ta réalité.
Est-il encore temps d'atteindre ce corps vivant
Et de baiser sur cette bouche la naissance
De la voix qui m'est chère?

J'ai tant rêvé de toi que mes bras habitués
En étreignant ton ombre
A se croiser sur ma poitrine ne se plieraient pas
Au contour de ton corps, peut-être.
Et que, devant l'apparence réelle de ce qui me hante
Et me gouverne depuis des jours et des années,
Je deviendrais une ombre sans doute.
O balances sentimentales.

J'ai tant rêvé de toi qu'il n'est plus temps
Sans doute que je m'éveille.
Je dors debout, le corps exposé
A toutes les apparences de la vie
Et de l'amour et toi, la seule
qui compte aujourd'hui pour moi,
Je pourrais moins toucher ton front
Et tes lèvres que les premières lèvres
et le premier front venu.

J'ai tant rêvé de toi, tant marché, parlé,
Couché avec ton fantôme
Qu'il ne me reste plus peut-être,
Et pourtant, qu'a être fantôme
Parmi les fantômes et plus ombre
Cent fois que l'ombre qui se promène
Et se promènera allègrement
Sur le cadran solaire de ta vie.



Max Ernst
Au Rendez-vous des amis (Reunión de amigos)
1922
Sentados, de izda. a dcha: Rene Crevel, Max Ernst, Dostoyevsky, Theodore Fraenkel, Jean Paulhan, Benjamin Peret, Johannes T. Baargeld, Robert Desnos. De pie: Philippe Soupault, Jean Arp, Max Morise, Raphael, Paul Eluard, Louis Aragon, Andre Breton, Giorgio de Chirico, Gala Eluard.

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