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sábado, 2 de octubre de 2010

LUIS GARCÍA BERLANGA. ENTREVISTA/ INTERVIEW


ENTREVISTA A LUIS GARCÍA BERLANGA, DIRECTOR DE CINE

Realicé esta entrevista con motivo del estreno del que todavía es su último largometraje, “Paris-Tombuctú”. Por razones profesionales algunas preguntas están dedicadas a su relación con las poblaciones en las que ha rodado. La entrevista publicada fue muy sintética. Este es el bruto prácticamente sin editar.

Luis García Berlanga
http://www.imdb.com/name/nm0305557/
http://www.imdb.es/name/nm0305557/
 "A ninguna parte", Manolo Tena. BSO de "París-Tombuctú"

Entrevista a Luis García Berlanga


¿Está satisfecho de su última película?
Extrañamente, sí. Yo siempre he sido bastante pesimista, hasta el punto de que Bardem me llamaba el fanfarrón negativo. Me he sentido muy poco realizado aunque he tenido muchos éxitos. En esta que, ratifico, será mi última película, aunque llevo así desde “La Vaquilla”, me he sentido más libre y es en la que he estado más cerca de sacar fuera mis entrañas. Manifiesto hasta unas cosas tan relacionadas conmigo como es mi pesimismo hacia una sociedad que no me gusta. Quizás haya quedado demasiado agresiva, transgresora, pero a mi eso no me disgusta.

No he conseguido rodar como me gustaría, en la más pura abstracción, que cada plano surja de una manera vegetal, como la poesía de Huidobro, el creacionismo, que sea la creación de un pequeño universo que sale allí, no llevar nada apriorístico. Yo me he dejado llevar en la improvisación en casi todo.  

Aquí tengo menos inhibiciones que en ninguna otra.

¿Cuál es su opinión sobre la sociedad española actual?
La sociedad española, la que he conocido, por sus antecedentes, esa pirámide judeo cristiana debajo de la cual estamos viviendo todos los españoles desde hace tantas generaciones, ha constituido una sociedad en la que hay una falta absoluta de libertad individual, que es la que me interesa a mí. No hay posibilidad de refugiarte en ti mismo porque estás siempre amenazado por unas cosas que aparentemente llegan a estar bautizadas hasta de bienestar, pero que en realidad son trampas que te pillan siempre y que te hacen perder toda perspectiva de futuro agradable.

Eso se refleja en mis películas. Todas mis películas son crónicas de un fracaso. Hay alguien que cree que va a poder conseguir algo que luego no lo consigue. Todas tienen el mismo discurso y está allí dentro. Quizá sea demasiado pesimista, quizá me guste miserabilizar demasiado lo que es uno y  lo que es lo que le rodea. Afortunadamente el mensaje nunca lo lanzo escrito a mala leche, sino que intento disfrazar todo ello en lo que podemos llamar una comedia crítica.

¿Le importa mucho lo que diga la gente?
No me ha importado nunca. Hombre, miento si digo que si van a verla y funciona bien, naturalmente no me enfado, aunque puede ser que esta pobre gente que me hace ganar dinero a mí y a la productora estén sujetos a esa sumisión a esa sociedad que no me gusta, y que vayan a ver esta película empujados por esas trampas que nos tiende la sociedad: “¡Que vayan ustedes a ver esta película que es maravillosa!”. Pero las medallas que me puedan llegar por ella no me dicen nada.

¿El cine contribuye a alimentar esa máquina social?
Desgraciadamente, el cine no derriba gobiernos no consigue nada de beneficio para ese deseo que podemos tener individuamente. Lo que he hecho ha sido porque soy un profesional del cine y es así como contaba mis pesadumbres, a través de ese prisma del humor, pero no pensaba que iba a solucionar ningún problema social, ni económico ni ético ni político ni moral. Lo único hay detrás de ello es mi deseo de intentar encontrar eso que para mi es la única posible cura, aunque en mi caso sea a posteriori, casi en artículo mortis, que es el enriquecimiento personal de cada uno de su soledad y el enfrentarla a la soledad con el resto del mundo y el resto de las opciones que te entregue la sociedad. Creo que si cada uno fuéramos capaces de encontrar ese recinto donde considerarnos que podemos luchar aisladamente, frontalmente, con todas las consecuencias, frente a todo lo que nos ha hecho pupa es la única solución que veo para esto. Pero como somos una sociedad que no queremos mentalizarnos a que nuestro destino final es la soledad y a que lo que tenemos que hacer es intentar que en vez de asustarnos de esa soledad la convirtamos en el gran triunfo del individuo, eso es lo que reflejo en mis películas.

¿Se siente más libre creativamente ahora que cuando era más joven?
Sí, por lo menos en esta película muchísimo más libre. Pero no me refiero al franquismo y a la democracia, sino a que en mi creatividad poco a poco he ido arrojando parcelas de mi inhibición, y de mis respetos y de mis sujeciones a las normas que recorren la profesión y poco a poco he ido rodando con más tranquilidad y no pensando en esa gestapo que podía ser el guión y todo lo que rodea a la preparación de esta película.

¿Qué tiene Peñíscola de Calabuch?
En un principio quise hacer una película en la que hubiera una relación constante con toda mi obra, que estuviesen prácticamente todos los personajes, pero luego me di cuenta de que era una pedantería y renuncié a ello, pero continué con algunas pequeñas conexiones con el resto de mi obra. Así, pasé por un segundo estadio que la hubiese convertido en eso de “Busca a Wally”, pensé en pasar a que hubiese fragmentos de películas, simplemente fragmentos y personajes a haber simplemente detalles como objetos. Era un reto que hacía con los cinéfilos, porque los respeto pero, en cierto modo para mi son sectas y las sectas no me gustan nunca, y como los cinéfilos se lo saben todo, y habré puesto como Wally, y también renuncié. La última en que quedó fue que el pueblo en que se desarrollara la acción, como lo rodé en Peñíscola, y en Peñíscola rodé también Calabuch, pues darle a este pueblo el nombre de Calabuch, pero actualizado, con el turista, y ya como detalle un único personaje que era el actor haciendo un personaje de Calabuch, interpretado por el actor que hacía ese personaje, que es Manolito Alexandre, que era un pintor que tardaba mucho en pintar sus rótulos, que se enamoraba de las eses,...y lo he mantenido.


¿En qué lugar se ha sentido especialmente bien rodando?
Yo me siento en general bastante bien cuando estoy fuera de mi casa
Las películas que han sido en exteriores, las primeras, “Bienvenido Mr. Marshall”, “Calabuch”,... me he sentido en todas ellas muy bien. Me gusta mucho estar fuera de casa por estás viendo unos paisajes y una gente y unos ámbitos diferentes. No creo que haya rodado ninguna película con disgusto. Quizás de las rodadas en exteriores la más difícil fue “Bienvenido Mr. Marshall”, que sin embargo todo el mundo cree que ha sido una fiesta.
En la creación de una película, de todas las parcelas que pasa para rodarla hay una que es la del rodaje que sigue siendo casi una orgía. Hay momentos que me resultan más difíciles.

¿Qué relación mantiene con los alcaldes de los pueblos donde rueda?
Eso lo lleva casi siempre producción. Bueno, conozco al de Peñíscola, cuando vino ahora a Madrid almorcé con él, siempre ha sido correcta, y no he tenido oposiciones frontales por parte de las autoridades municipales. Es más, la mayor parte se han volcado en ayudar en la película. En la de “Blasco Ibáñez”, que la rodé en Valencia, Rita Barberá, se volcó en el rodaje.

Hay gente que se queja mucho de rodajes complicados, pero yo no.
No tengo recuerdo de ello. En cualquier caso, siempre lo más difícil ha sido Madrid.
Pero mucho más difícil era la relación con las Direcciones Generales de Cine, con los que están dentro de tu mismo ámbito, que con los que están fuera.
Hasta he tenido cosas que pensaba que iba a ser difícil, como con el Ejército, cuando rodé en “La Vaquilla”,  y me dieron muchas facilidades: un asesor y bastante material.

¿Qué pueden hacer los instituciones por el cine español?
En España no hacemos aún nada de lo que podríamos hacer por el cine ni los ayuntamientos, ni las autoridades, ni los ministerios, ni las direcciones generales ni incluso los mismos que hacemos cine, porque en este momento creo que estamos haciendo lo que no debemos hacer. En este momento estoy enfrentado prácticamente con toda mi profesión porque aquí hemos caído en la trampa de que las películas dependan de un ministerio, de cultura  y que estemos bajo este ámbito, y no digo que se hayan portado mal, ahí están las subvenciones, pero no es ese el camino. No vamos a tener arreglo, porque nos quedan pocos meses para que finalice la excepción cultural. Estoy seguro que no habrá prórroga, y en cambio todos los que hacen cine están seguros de que sí que habrá prórroga. Y si no hay excepción,  y vamos al libre comercio, no es que peguemos un bajón, es que desaparecerá el cine español. En cambio, si en estos cinco años que nos han dado de excepción nos hubiésemos preparado para reconstruir y regenerar lo que hemos sido el cine español. Y funcionó muy bien así, una industria y no un ministerio ¿Qué hemos conseguido con las películas subvencionadas? Pues un género único con presupuesto único, un género robotizado, medio congelado con un presupuesto que es lo que te da el ministerio más un poco de dinero que le sacas a un tío que tiene dinero o a una provincia que te da una pequeña subvención, y esto ha hecho que estemos, van casi cuarenta años desde que en las conversaciones de Salamanca nos cargamos la industria, cada vez yendo a peor y desapareciendo lo que sustenta y con la que puedes luchar también perdiendo mucho si termina la prórroga también perderíamos instantáneamente mucho pero no sería la defunción como si seguimos con la fórmula del ministerio de cultura y las subvenciones. Si se regenerara la industria y la infraestructura que teníamos, que era esplendida, una de las mejores europeas, siete estudios, unos técnicos maravillosos, todo lo que se necesita para la manufacturación de unos productos de una manera industrial, como las galletas Artiach o los zapatos Camper, con un señor empresario, que era el productor de la película, que era el que fabricaba todo esto, que por añadidura se convertía a veces en arte y en cultura, pero no que nazca de una supuesta ya cultura y arte de un ministerio de cultura por unas subvenciones x que han tenido la desgracia de habituar a los que está en este mundo de saber que hacen una película y la tienen ya pagada con eso, pero una mierda de peliculita, una mierda de historia. Ya soy pesimista de que tengamos tiempo.

¿Qué opina de los directores jóvenes?
Ahora han salido jóvenes espléndidos a los que tenemos que rendir un homenaje todos los veteranos,  aparte de que esté fascinado por ellos, que están descubriendo los géneros y no hacen ese género repetitivo de la película urbana con padre drogadicto... que han sobrepasado los presupuestos bloqueados y que se están aproximando a lo que debería ser el cine español. Pero les falta que aparte de sus películas, pudiesen entre todos ellos reconstruir el cine como industria como fue en la república, en la “Edad de oro”, y luego hubo otra edad de oro que fueron los años 50, pero a nivel de fabricar con, los 50 fueron espléndidos, es cuando nace la comedia española. Fuera de esto es un poco la agonía del cine español a no ser que en estos meses que quedan se pueda construir,...Yo he luchado mucho por esto. Parece que en Valencia vamos a hacerlo, llegaremos tarde aunque siempre será algo importante. La construcción de los mejores estudios europeos unido a un gran centro de formación profesional, no como la Escuela de Cine de Madrid, de siete cositas sino como en Hollywood, donde se estudia desde ser especialista de caídas a especialista de trajes de la época victoriana, un intento de reconstruir lo más pronto posible esa industria que es la que nos podría hacer que nos defendiésemos en el libre comercio. He encontrado apoyo en Valencia, en la Generalitat, ya se ha hecho la fundación, estamos haciendo los estudios de viabilidad. Residencia de estudiantes. Un estudio con toda la tecnología más moderna que no existe en ningún sitio de Europa. hacer un gran estudio europeo. Los estudios se llamarán Blasco Ibáñez. Lo que nos falta es la ubicación. Puede ser cerca de Sagunto, cerca de Valencia, o en Alicante. Lo que no llegará nunca es a estar en cuatro meses o un año. Llevará dos años.

¿Hay alguna creación suya de la que se sienta especialmente orgulloso?
Yo de me siento muy orgullosos de la colección que dirijo de literatura erótica, “La Sonrisa Vertical”. Creo que es una colección de una calidad que es lo primero que se exige, de la calidad erótica y literaria. Me han escrito personalmente para esta colección Vargas Llosa, Umbral, Cela,...Hemos descubierto gente como Almudena Grandes, pero me siento bastante orgulloso.

Presume de fetichista pero su amigo Luis Ciges dice que es un “trolero”.
No soy “trolero”. En mi vida íntima si digo que tengo mis perversiones, pues las tengo, lo que pasa que es muy difícil ejercerla, y más a mis años, cuando uno ya no tiene muchas posibilidades. Pero yo no tengo ninguna vergüenza en decir mis vicios, entre otras cosas creo que convenía a todos los españoles porque así, si te hacen un vídeo, pues no te pasa nada, no tienes que pasar un mal rato de que te descubran. A mí me gustan los juegos eróticos, me gusta mucho el fetichismo, y el bondage, que está dentro del sadomasoquismo pero más suave, más de juego erótico, lo que pasa que es difícil tener parternaires.

La muerte está presente en muchas de sus películas

Manolo Hidalgo dice de la presencia constante de la muerte en mi cine. Nunca me he dado cuenta. En cuanto a la muerte, sí que tengo películas. En ésta sale. Una feria de muestra de pompas fúnebres, que existe realmente, “Funes Feria”. Sale un coche de pompas fúnebres que tiene protagonismo en la película. Las saco pero quizá por el deseo de distanciarme de una cosa que no me gusta pensarla, que no forma parte de mis obsesiones o neurosis.  Miro a la muerte como a los toros. Es algo que está ahí.

Yo fui soldado y he presenciado cosas trágicas, pero no me han hecho reflexionar nunca sobre la muerte, sobre lo que es la desaparición.

¿A qué se va a dedicar a partir de ahora? 

Como buen valenciano, un día sin hacer nada hago más que haciendo cine, haciendo proyecciones de cine. Querría dedicarme a ese no hacer nada que está repleto de lecturas, viajes, incluso creación, escribir un libro, poesía,  viajes, estoy jodido, porque pienso que tengo 78 años y que me impida esa agilidad. Hacer nada es hacer mucho,. No tengo ningún problema de depresión, como dicen los sociólogos. Lo que me jode mucho es no haber sido empleado de una empresa o de un banco que me hubiera jubilado a los 65 años para haber tenido 15 años de felicidad. El ocio es una maravilla.


¿Hay un lugar donde se sienta especialmente a gusto?
En mi estudio, en Madrid. Tengo la suerte de que no entre nadie. Lo tengo sin arreglar. Eso no impide que no me guste ir a Nueva York.

"Americanos", BSO de "Bienvenido Mr. Marshall"

ANÉCDOTA BERLANGUISTA
No tiene que ver con la entrevista, pero sí con una peli de Berlanga.

Por las fechas en que se realizó esta entrevista, unos directivos estadounidenses de la General Motors fueron a visitar la fábrica de General Motors en Cigueruela* (Zaragoza). Los directivos españoles de la fábrica quisieron dar buena imagen de ella y previeron una visita al departamento de rehabilitación e investigación médica, donde trabajaba mi insigne amigo Gartedon Sokamuturru Nasarensis.

La infradotación de recursos del departamento para tratar a sus pacientes como él quería y llevar a cabo experimentos sobre rehabilitación había irritado muchas veces a Gartedon. Por lo que también le irritó, y mucho, que, para dar esa buena imagen a los americanos, los directivos españoles de la fábrica pidieran a trabajadores de la empresa que no pertenecían a este departamento que hicieran acto de presencia en él y ocuparan máquinas que habitualmente estaban sin personal que las utilizara.

Ante esto, Gartedon colocó un cd con la canción “Americanos” de “Bienvenido Mr. Marshall” en megafonía y, cuando los directivos americanos entraron en el departamento de Rehabilitación, dio al play, e hicieron la visita con la canción de fondo. Los americanos no se enteraron mucho. Los directivos españoles sí, aunque no tuvo mayores repercusiones para Gartedon.

 "Calabuch". final

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