

Gengis Khan murió en agosto de 1227, hace casi 800 años. El imperio mongol que fundó ha sido el más grande de la Historia en tierra firme. El lugar donde fue enterrado constituye un enigma histórico. Cuenta la leyenda que, para cumplir su deseo de que nunca fuera descubierto, sus hijos hicieron que mil jinetes galoparan sobre su tumba, y fueran luego ejecutados por ochocientos soldados que, a su vez, corrieron la misma suerte.
Lo que sigue a continuación es el relato de una tarde mágica en Mongolia en la que, no es disparatado decir, estuvimos, pudimos estar, en la tumba de Gengis Khan, y los argumentos que apoyan mi hipótesis.
(FOTOS: Eugène Dubius Urguri: arriba y medio: la Roca del Halcón; abajo, las tumbas junto a la Roca)