TRAILER OFICIAL
Decepcionante buen ejercicio de estilo e interpretativo
Decepcionante, en primer lugar, si uno se espera una aventura de Sherlock Holmes, aunque sea de un Holmes nonagenario, porque ir a ver esta película es como pagar por asistir a un combate de Mohamed Ali y encontrarse con que pelea aquejado de un Parkinson galopante, sosteniéndose a duras penas sobre el ring. Es decir, Mr. Holmes es más una película sobre la vejez, los pródromos de la demencia y la lucha contra la pérdida de memoria, que una película del mítico detective. Bastante de engaño tras la marca "Sherlock Holmes".
Decepcionante, además, la escasa capacidad del director y, presuponemos, del guionista, para contar una historia con un mínimo de
intensidad y emoción, esperable en una película de uno de los superhéroes por excelencia. Porque la historia se traba continuamente por la dificultad de Holmes para recordar, lo que resulta en una exasperante lentitud de
ritmo. Y porque se trata de tres historias entrelazadas: una presente, la de la relación de Holmes con un niño que lo admira, Roger, y su madre, su ama de llaves; la de una reciente visita a Japón, que no alcanza
a ser historia ni aventura; y la presentación de una nueva "la mujer" que cerraría los casos de Holmes, como Irene Adler abría sus relatos. Pretencioso.
Queda, pues, el ejercicio de estilo del director, Bill Condon (La saga Crepúsculo 1 y 2; Kinsey), su juego con la alternancia de las tres historias, y las interpretaciones, estas sí, sobresalientes, de Ian McKellen (Gandalf, en El señor de los anillos), como Sherlock; Milo Parker como Roger; y Laura Linney, la madre de este. Con el guiño final a la actualidad (ATENCIÓN,
SPOILER) de las avispas mata-abejas.
Conclusión: evitar a toda costa si se espera ver una emocionante aventura de Sherlock Holmes; recomendable como ejercicio formalista
e interpretación actoral sobre la vejez.
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