Entrevista a El Roto (Andrés Rábago)
Cuando habla uno con El Roto o asiste a una presentación de un libro suyo, tiene, tengo, la sensación de estar con un tipo que pasará a la historia como uno de los mejores dibujantes satíricos de su generación. Como sus admirados Daumier o Hogarth.
Algo que me sorprendió fue que, a pesar de lo atrabiliario de sus viñetas, Andrés Rábago es una persona muy serena. Aparentemente, toda la bilis la expulsa, reconcentrada, en sus dibujos.
¿Qué condujo a El Roto a tomar esa línea de trabajo? ¿Qué satisfacción profunda esconde su obra? Estas preguntas se me quedaron en el tintero. La que sigue fue una entrevista más superficial, menos personal. Que, sin embargo, me decidió, añadida su opinión a otra semejante expresada por el insigne bufón Leo Bassi, a tirar definitivamente el televisor a la basura.
Andrés Rábago (Madrid, 1947).
Alias: El Roto, Ops, Jonás, Ubú.
Profesión: pintor y dibujante satírico.
Publicaciones: El País (en la actualidad); anteriormente, “Hermano Lobo”, “La Codorniz”, “Triunfo”, “Cambio 16”, “El Periódico de Catalunya”, entre otras.
Libros: “El libro de los desórdenes” (2003), “El fogonero del Titanic” (1999), “Bestiario” (1989), entre otros.
Foto: http://www.6columnas.com/
Apuntes de una rueda de prensa
La Fábrica, Madrid.
Retrato: parece un niño bueno, ingenuo, pijo, incluso, con rasgos finos (nariz y labios), gafas sin montura (¿aspiración de síntesis?), camisa blanca, sin corbata.
No contestó a mi pregunta (¿Se ha sentido alguna vez desplazado en algún medio, cambio de página, por ejemplo, y ha habido alguna viñeta que haya generado actitudes especialmente críticas; qué medios, si fuera el caso, y qué viñetas?)
"Es un tema conflictivo. Me está pasando ahora. No puedo contestar taxativamente."
Luego me confirmará la viñeta conflictiva que le ha impedido hablar: La viñeta de la ikastola: Dos niños saliendo de una puerta con el letrero "Ikastola". Junto a la puerta, escrito: "prohibido hablar en espanol (sic)/ y pensar en cualquier idioma."
Surrealismo dirigido
"El surrealismo es muy libre, y no llegas a decir lo que quieres."
"El "surrealismo dirigido" (término suyo): como un ave de presa que lo sueltas para que cace un ratón. No te trae una piedra, ni un palo; te trae lo que quieres."
Tampoco le interesa mucho, aunque más que el surrealismo a secas.
Vocación
Doble.
-- de dibujante: cuando era pequeño, cuando cayó en sus manos un libro de Xaudaró ("el trazo simplista",...)
-- de pintor: su padre trabajaba en los Talleres Granda, donde hacían tallas y figuras para iglesias; en su casa siempre había mucho arte.
La sátira
Cree que ha bajado el nivel de la sátira. "Hay gente que piensa que la sátira empieza con Mingote, y tenemos que soportar eso".
Goya, Hogarth.
Quiere hacer sutura al menos con la sátira de entreguerra, de la que destaca la alemana de la revista “Simplicissimus” ("la mejor sátira del siglo XX"), con Grosz, etc. En España, Castelao.
"El Roto"
"Es como se llama a los pobres en Chile."
"Mi lenguaje era también roto."
Ops
En tardofranquismo, en Triunfo, Hermano Lobo, Cuadernos para el Diálogo.
Era mudo, lírico, al final le pedía técnica de gouache.
Con la democracia, se podía hablar, por lo que pensó en poner la palabra.
Sacrificó Ops por El Roto. "Tenía que elegir. La vida es limitada; tenemos poco tiempo para desarrollarnos. No me costó deshacerme de Ops."
Rutina de trabajo
Siempre lleva una agenda en la que apunta ideas. (en La Fábrica, se sienta junto a mí, y toma notas, creo que sugeridas por las fotos de Alberto García Alix expuestas)
Por la mañana, lee la prensa y toma notas.
Luego va a pintar, al estudio.
Cuando vuelve al estudio por la tarde, mira notas, suele retomar normalmente no las más frescas. Selecciona las que han madurado.
Dibujar una viñeta le lleva de 1 a 2 horas.
- Tiendo a la síntesis, al ascetismo.
Simbología en cuadros
Necesita de una proximidad espiritual por parte del que lo ve, igual que las viñetas necesitan de una proximidad ideológica.
"Creo que la realidad no es solo lo que captamos con los sentidos, sino que hay otros niveles, que hay que verlos con símbolos."
"Para llegar al símbolo, primero hay que acercar al espectador al cuadro. Eso se consigue con el calor del cuadro, que depende principalmente del color.
Luego, entra en juego la proximidad espiritual."
Pictóricamente
Él parte del gótico temprano, anterior a Giotto, y de ahí salta al muralismo mexicano.
Le atrae el primitivismo.
"Hay que cuidar la libertad dentro de uno y fuera de uno. Ser en eso INEXPUGNABLE."
"Hay que mirar las cosas con cierta de ingenuidad, no con paranoia."
- Le preocupa que lo políticamente correcto se vaya introduciendo en la sociedad sin que nos demos cuenta.
"Soy optimista. Creo que el ser humano puede cambiar."
Fotografía
Se fija en los personajes secundarios. En una foto en que hay dos dándose la mano, se fija en la gente de detrás. Son los que le atraen.
PREGUNTAS POR HACER
- ¿Se dibuja mejor contra algo/alguien que a favor de algo?
- Cuestión ética: ¿A alguien que hace una crítica tan visceral, cómo le influye eso en su vida cotidiana? ¿A Andrés Rábago, persona, le influye el Roto y cómo?
- ¿Hasta qué punto la crítica es más una necesidad personal que un deseo de cambiar las cosas? ¿Puede haber hipocresía en cierta crítica que pretende ser abanderada de algo cuando en realidad lo que pretende es exorcizarse a uno mismo?
La entrevista
"El Roto" es uno de los grandes dibujantes satíricos de nuestro tiempo. Heredero de Daumier, que, a su vez, aprendió de Goya, expone en sus viñetas la realidad social en toda su crudeza a través de la reciedumbre de su trazo, la desnuda rotundidad de sus comentarios y la profundidad intemporal de sus temáticas.
Quien primero sale a recibirme es su perra Alba, la pointer que le acompaña en el silencio de su espacio creativo. Su estudio alberga una amplia biblioteca especializada en dibujo y pintura.
- ¿Cómo va la viñeta de mañana?
- Nunca trabajo de hoy para mañana. Normalmente, hago dos dibujos de lunes a miércoles y, a lo mejor, el jueves o el viernes, hago otro. Por la tarde decido qué dibujo quiero publicar al día siguiente, pero de todos los que he hecho a lo largo de meses. Los reviso un poco, miro los últimos, que suelen ser de temas más inmediatos, y si no te interesa ninguno de los últimos, sigo buscando hasta que encuentre uno que me interese para el momento concreto. Los temas que trato no son temas de absoluta actualidad, sino cosas que están latentes y que pueden estar durante bastante tiempo ahí.
- ¿Qué recursos estilísticos de la sátira le atraen más?
- Investigar las trampas, las trampas del lenguaje, por un lado, o las trampas de la percepción. Te haces especialista en el análisis de los mecanismos de la percepción de la realidad y, conociéndolos, los utilizas para ponerlos de manifiesto, para que las personas que lo leen puedan ver sus propios mecanismos.
"Entrenamiento"
- Hay personas que te mandan alguna sugerencia. Pero es muy difícil que lo que te dicen te pueda servir. Primero, porque a lo largo de tu experiencia ya tienes suficientes temas que te puedan interesar como para que te sea útil la aportación externa. Y, sobre todo, porque la forma de enfocar, aunque puede parecer sencilla, en la sátira es bastante complicada, y cuando uno no especialista se pone a hacer algo parecido a lo que tú haces, suele chirriar.
- Recientemente, con motivo del anuncio de boda del Príncipe, yo le envié una: "¿Para cuándo un rey gay y un príncipe heredero adoptado en el Tercer Mundo?". ¿Qué comentario haría de ella en relación con su esquema propio de sátira?
- La leí. Pero, por ejemplo, el tema del Príncipe para mí no tiene el más mínimo interés. Hice una viñeta y no hacía alusión al caso concreto. ¿La necesidad de un rey gay?,... no veo que haya ninguna relación entre una cosa y la otra. Lo de princesa del Tercer Mundo, a lo mejor, excavando mucho, se podía conseguir algo. Pero es un camino que nos iba a conducir a tener que darle muchas vueltas sin un objetivo claro. Cuando haces un dibujo tienes que tener un objetivo claro para poderlo transmitir fácilmente. Si es muy retorcido o vas excesivamente lejos para llegar a un lugar cercano, estás equivocando los caminos de comunicación. Sobre todo en prensa. El lector de prensa va muy rápido, y tienes que captar su interés y comunicar lo que tienes que comunicarle de una manera muy directa. Lo cual no significa que, a veces, la comprensión de lo que tú quieres decir no requiera un esfuerzo por su parte. Pero ese ya es su trabajo; el tuyo es decírselo en bloque y rápidamente. Su trabajo es, si le interesa, elaborarlo.
- En un coloquio en la galería La Fábrica, hace tres años, mencionó algún "toque" por parte de la dirección de El País en relación con una viñeta sobre las ikastolas. ("Ikastola. prohibido hablar en español y pensar en cualquier idioma. la dirección", El País, 17-05-2000)
- Pueden darse esos casos, pero, en general mi libertad a la hora de elegir los temas es completa. Si yo no trato ciertos temas es porque no quiero tocarlos, bien porque no me interesan o bien porque creo que no vienen a cuento. Tampoco hay que hacer un alarde como de decir: "mira lo que digo". Me parece infantil. La responsabilidad cuando publicas en un medio, sea cual sea, con su mayor o menor difusión, es siempre la misma. Y es una responsabilidad alta. También lo es en la comunicación personal, pero parece que en un medio de comunicación te obliga algo más. Tengo una alto concepto de la responsabilidad.
- Me cuesta creer que muchas veces no le hayan llamado la atención.
- A lo largo de mi experiencia de muchos años, en tres o cuatro ocasiones, nada más, te pueden haber dicho: "te has pasado un poco". No te lo dicen con esas palabras nunca. Te dicen: "No vamos a publicar esto, ¿qué te parece?". O "¿puedes mandarnos otra cosa?" Y tú lo comprendes perfectamente, porque también comprendes la responsabilidad del que publica, y si cree que aquello que haces no es adecuado, probablemente tenga sus razones para ello. Nunca me ha molestado. Sobre todo porque se trata de una confianza mutua. Cuando tú estas en un medio, tienes que tener la confianza del medio, del director, y él también debe confiar en ti. Tú tienes la confianza de que el director sabe por dónde va, y él tiene la confianza de que tú no eres un enloquecido, sino que dices las cosas con razonamiento, y que tu voluntad no es la de epatar o parecer brillante sino la de ser útil.
- Esa es tu visión de las cosas. Mi visión es que trabajo en un medio de extraordinaria calidad informativa, muy bien hecho, con muy buenos profesionales, y que tienen una dignidad que ya quisieran muchos medios de comunicación europeos. No he trabajado nunca en un medio en el que me sintiese incómodo. No puedes hacer esto en un medio en el que estés incómodo. Habría una duplicidad en tu mensaje y en tu ser que te impediría trabajar honradamente.
- Durante la dictadura franquista, ¿qué fórmulas empleaba para sortear la censura?
- Lo que hay que hacer es decir las cosas en cada momento con la mayor claridad pero adecuando tus mecanismos de comunicación a aquello que pueda ser escuchado. Por ejemplo, en un lugar pequeño no gritas, hablas con una voz más queda. En un lugar grande, abierto, tienes que gritar más para hacerte oír. En ese lugar pequeño, como es una dictadura, en que el territorio es muy pequeño, la voz que empleas es una voz más baja, que va a ser oída igual, porque la gente tiene el oído más fino, pero en una democracia, a veces, el oído se hace más tosco, porque hay muchas voces, muchos ruidos, y por lo tanto tienes que elevar un poco la voz.
- ¿Describiría el sistema actual como una dictadura empresarial, en la que los poderes económicos se imponen sobre los políticos?
- Yo creo que sí que vivimos en un democracia, lo que pasa es que las democracias tampoco son sistemas perfectos. La cuestión está también en los electores, que tienen una responsabilidad muy grande. Es verdad que los partidos políticos son cada vez más mecanismos de poder más que mecanismos de representación de ideas o de intereses e la población. Pero esa es responsabilidad de los votantes el hacerlo ver, y yo creo que se puede. Pero para ello tendríamos que contar con una población que fuera la mejor posible. Y no creo que eso se dé. Una gran parte de la población se embrutece voluntariamente con la televisión, cuando tiene a su alcance otras cosas de muchísima más calidad como la literatura, las artes plásticas o la música. Es su responsabilidad. Cada ciudadano es responsable del gobierno que le gobierna.
- ¿Incluso aunque haya una presión mediática muy fuerte por parte de las grandes empresas, puede decirse que la responsabilidad es principalmente de los ciudadanos?
- Yo, por ejemplo, desde hace quince años no tengo televisión y apenas escucho la radio. Es decir, que tú puedes aislarte perfectamente de los medios y elegir aquellos medios que te interesen, escuchar lo que quieres y obviar lo que no quieres. Esa es tu responsabilidad. No se pude decir que eso te está impuesto. No es así.
- ¿Cómo interpreta el clamor frente a la guerra y luego el fuerte respaldo del partido gubernamental en las elecciones?
- Ahí es cuando yo reclamo la responsabilidad. No se puede salir a la calle con una idea y después, justamente, votar al partido que ha estado favoreciendo aquello contra lo que tú estás protestando. Hay una incoherencia tan grande que significa que esa gran mayoría de las personas podían bien no saber lo que hacen, cosa que no es así, bien tener intereses contrapuestos, o bien se dejan seducir por los medios masivos de propaganda, que también es responsabilidad suya.
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