Una canción de redención. Marley el profeta. Marley el mesías. Marley en el huerto de los olivos. En la última cena. Ante sus discípulos. Partiendo el “pan” en la intimidad del estudio con sus colegas. ¿Cómo llegaron las cámaras hasta ahí? Evidentemente, debió de haber muchas otras interpretaciones íntimas de Marley de esta canción ante sus más allegados. Pero esta es la que fue grabada. Un pequeño gran tesoro.
Esta es mi canción preferida de Bob Marley. Y no estoy seguro de que sea tanto por la canción, o por el lugar que ocupa en su obra, como por esta interpretación, por cómo registra su despedida de los amigos, de la música y de la vida.
“Redemption Song” es el último corte del último disco de Bob Marley (“Uprising”). Una de las últimas canciones que compuso, cuando ya le había sido diagnosticado el cáncer linfático que lo mató (2). La última canción que interpretó en su último concierto. En una palabra, su epitafio, su legado, su último mensaje antes de morir. Lo único que guardaba mi corazón, lo que siempre he cantado, ha sido una canción, canciones, de redención. (“All I ever had/ Redemption songs”) (“Amaos los unos a los otros...”; reminiscencias).
Marley la canta solo. En la soledad de su estudio, sin público, y solo ante el pensamiento de su muerte inminente. Él y su guitarra desnuda, acústica, sin estridencias eléctricas, introduciendo el tema con solemnidad. Sí, vemos a tres de sus músicos, tres colegas. Pero sus instrumentos han enmudecido. Callan respetuosa, reverencialmente.
Lo que no callan son sus rostros. Y ello diferencia esta versión de otra semejante (3), puede que más próxima a su muerte. En esta última, en Nueva York, en 1980, sólo se le ve a él, recreándose en el tema, que alarga hasta casi los ocho minutos. En la que he colgado, sin embargo, la presencia de sus compañeros, sus amigos, es precisamente lo que pone dramatismo a la escena, lo que marca el tono de la despedida; su silencio reverente, y su expresión, admiración cargada de seriedad lindante, en algún momento, con la tristeza. Incluso cuando tratan de evadirse con un trago o mirando para otro lado. Esta soledad acompañada es lo que la convierte en lo que es: un himno fuera de género, fuera de estilo, fuera de tiempo; un ser humano sincerándose consigo mismo y con el mundo en el momento de decir adiós.
Me gusta también de esta versión que no repite estrofas como en otras, la del álbum, por ejemplo. Marley no se recrea. Dice lo que quiere decir. Sencillamente. Esa sobriedad le da más fuerza.
“¿Cantaríais conmigo/ otra canción de libertad?” ¿Otra más o, más bien, la última? “Porque todo lo que siempre tuve/” (¿son? ¿fueron? ¿serán?) “canciones de redención”. Marley elude el último verbo.
La voz de Bob Marley, en general, no es que me guste especialmente. Pero es auténtica. Y su timbre roto refuerza aquí la expresión de sufrimiento, al tiempo que, su firmeza y determinación, la rebeldía que transforma este en lucha y, por qué no, en esperanza.
Porque eso es de lo que habla esta canción. Del dolor del hombre y de cómo sobreponerse a él para transformarlo en esperanza. Empieza cantando sobre la tragedia de los negros africanos hechos esclavos. Marley los da voz: “Viejos piratas me raptaron/ me vendieron a los barcos mercantes/ minutos después de sacarme/ del pozo sin fondo”) (“Old pirates, yeah, they rob I/ sold I to the merchant ships/ Minutes after they took I/ from the botomless pit”).
Y, en la segunda, empieza por tomar prestadas las palabras de un discurso del panafricanista jamaicano Marcus Garvey, inspirador de los rastafaris, dos años y medio antes de morir: “Emancipaos de la esclavitud mental/ Nadie sino nosotros mismos podemos liberar nuestra mente” (“Emancipate yourself from menal slavery/ None but ourselves can free our mind”). Pero esto vale para cualquiera. Y la mención siguiente al peligro de catástrofe nuclear (“No temáis a la energía nuclear/ porque ninguno de ellos puede detener el tiempo” (“Have no fear for atomic energy/ ‘cause none of them can stop the time”)), tan presente en aquellos años de la guerra fría, lo confirma. Es una canción dirigida a cualquier ser humano, especialmente a los oprimidos por injusticias (“Cuánto tiempo más seguirán ellos matando a nuestros profetas/ mientras nosotros nos quedamos a un lado mirando/ Alguien dijo que esto sólo era una parte de ello/ Nos toca a nosotros rellenar el libro” (“How long shall they our prophets/ while we stand aside and look/ Some say it’s just a part of it/ We’ve got to fulfill the book”). (5)
En el fondo, Marley está cantando sobre su propio e inminente apocalipsis, su propia tragedia individual, y cómo se sobrepone a ella. Es en esa sublimación del dolor donde Marley encuentra la redención, su propia salvación ante la angustia de la muerte. Y la extiende al mensaje de toda su obra. Todas mis canciones, todo, lo único, que siempre he querido decir, ha sido esto: el sufrimiento, el que vivieron mis antepasados africanos, el de todos los seres humanos, el mío propio, puede ser redimido.
“Redemption Song” es una canción de libertad. Sobre la liberación de la esclavitud de la raza negra, sí. Pero creo que va mucho más allá. “Redemption Song” es una proclamación de que el ser humano puede liberarse del dolor y de la angustia ante la muerte, tal y como en ese momento él lo estaba viviendo. Y, por ello, anima a todo el que la escucha a cantar con él: “¿cantaríais (cantarías) conmigo/ otra canción de libertad?” (“Won’t you help to sing/ another song of freedom”). Para así, conmigo, liberaros a vosotros mismos.
“Redemption Song” es la canción definitiva de Bob Marley. Y, esta, la más emotiva interpretación que de ella conozco.
NOTAS
1. Esta grabación está extraída del documental “Time Will Tell” (Island,1992). La única referencia que se da de ella es: “En estudio. Fecha desconocida”. El lugar podría ser donde se grabó el “Uprising”: en el Tuff Gong Studios de Kingston (Jamaica). Y en fecha próxima a la de la grabación del álbum, que salió en junio de 1980. De hecho, la escena se parece a la típica de: “Chicos, ayer compuse esto, a ver qué os parece”.
2. La comunicación oficial de que Marley padecía un cáncer linfático se hizo en fecha posterior a septiembre de 1981, cuando sufrió un desvanecimiento en Nueva York, donde estaba de gira. Pero algunas fuentes, basándose en declaraciones de su mujer, Rita Marley, afirman que, cuando Marley compuso “Redemption Song”, en 1979, el cáncer ya le había sido diagnosticado (ver nota 1 en (http://en.wikipedia.org/wiki/Redemption_Song)
3. 4. No puedo afirmar categóricamente que los primeros planos de los Wailers presentes no sean planos recurso grabados en otro momento, dentro de la misma sesión. Me encantaría ver los brutos de esta grabación. ¿Se grabó con una o con dos cámaras? ¿Están esos primeros planos grabados poco después de que cante? ¿O es esa realmente su reacción sincrónica con la interpretación que vemos? Por cómo siguen la música y por sus expresiones, diría que esa es su reacción del momento, grabada con una segunda cámara.
5. Las fotos sobre la esclavitud negra que incluye el montaje conducen al espectador a esta lectura concreta del tema, y lo único que hacen es ensuciarlo e interferir con una interpretación más amplia y, para mí, más válida del mismo.
Letra
Old pirates, yes, they rob I;
Sold I to the merchant ships,
Minutes after they took I
From the bottomless pit.
But my hand was made strong
By the 'and of the Almighty.
We forward in this generation
Triumphantly.
Won't you help to sing
These songs of freedom? -
'Cause all I ever have:
Redemption songs;
Redemption songs.
Emancipate yourselves from mental slavery;
None but ourselves can free our minds.
Have no fear for atomic energy,
'Cause none of them can stop the time.
How long shall they kill our prophets,
While we stand aside and look? Ooh!
Some say it's just a part of it:
We've got to fulfil de book.
Won't you help to sing
These songs of freedom? -
'Cause all I ever have:
Redemption songs;
Redemption songs;
Redemption songs.
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